jueves, 24 de abril de 2008

No huyas cobarde!!



Es cierto que podemos explicar una y otra vez que la única manera de alcanzar un objetivo es, tras estudiarlo y analizar perfectamente la meta, luchar y trabajar cada día para conseguirlo.

Sin embargo, no es menos cierto que luego nos debemos enfrentar con situaciones o personas que nos parecen insalvables y la mayoría de las veces, terminamos renunciando al proyecto o desvirtuándolo conviertiéndo éste en un pequeño deseo o capricho.

Analizando los porqués de las renuncias en el plan de acción de mis coachees, me ha llamado la atención que en reiteradas ocasiones surge la frase "le había subestimado" o "no lo vi venir". ¿Qué problema se esconde tras esas frases? Falta de visualización de los escenarios y autocomplacencia ("no te preocupes, esto lo tengo yo controlado")

Cuando nos proponemos un objetivo y no lo alcanzamos nos solemos frustrar y generamos un bloqueo en nuestra mente que, con el paso del tiempo, se vuelve cada vez más insalvable (ver el cuento "el elefante encadenado") Es por ello que debemos no cejar en nuestro empeño y llenarnos de energía para cada paso que vayamos a dar.

El gato de la foto, nunca podía imaginar que ese pececillo le haría la vida imposible, pero ahí está, intentando escapar mientras el rabioso pez se prepara para darle su merecido. Cuando tú seas el gato deberías haber previsto esta situación y estar prevenido, deberías prepararte varias técnicas o herramientas y trabajarlas hasta que las controles satisfactoriamente y sobre todo, plantearte alguna vía de escape.

Cuando nos enfrentemos a uno de nuestros pequeños pasos hacia nuestro éxito, debemos recordar escribir en un papel diferentes escenarios, desde uno totalmente favorable a uno, increíblemente desfavorable y estudiar beneficios y consecuencias, así como situaciones derivadas. Esto nos ayudará a prepararnos y a estar siempre alerta. Es bueno para generar y entrenar nuestra visión estratégica y nuestra rapidez ante situaciones adversas.

Una herramienta original (además de la señalada anteriormente), podría ser una dramatización con gente de confianza que hiciese de tu jefe o compañero con quien debas enfrentarte. Ten en cuenta que siempre actuarán de una manera que no te esperas y eso te facilitará luego las cosas. Podríais hacer una primera ronda imitando a la persona que os debéis enfrentar, luego una siendo ellos mismos y una tercera totalmente alocada con personajes de la tele, históricos... La primera ronda te pondrá en situación, la segunda te hará que amplíes tu visión de escenarios, la tercera... te proporcionará unas risas.

Repasar este post y mientras miro una y otra vez la foto, me ha hecho reafirmarme en una cosa... me encanta ser un pescadito. Me fascina que la gente pueda subestimarte y que luego, cuando se quieran dar cuenta, estás tirando de ellos para meterles en tu pecera, son situaciones asombrosas, aunque cada vez menos frecuentes.

Actúa como el pez y toma las riendas de la situación, aunque si te ha tocado ser el gato, espero que ya sepas lo que tienes que hacer ¿no?

!Soy un pescadito, soy un pescadito!

www.rubenturienzo.com

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